Tras la crisis del coronavirus, la Unión Europea está tratando de levantar Europa y llevar acabo los proyectos que tenía pensados antes de la pandemia. En diciembre de 2019, Von der Leyen, actual presidenta de Comisión europea, presento el Green Deal o Pacto Verde Europeo. Se trata de una estrategia que tiene como objetivo llegar a una economía verde y baja en carbono de aquí a unas décadas. Esta estrategia requiere la movilización de 1 billón de euros, que se obtendrán de fondos de la UE e inversiones públicas y privadas adicionales.

El plan de recuperación del coronavirus ha provocado que esta estrategia se acelere, ya que España, junto con otros países europeos (Austria, Dinamarca, Finlandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia) ha hecho un llamamiento a la Comisión Europea para que utilice el Pacto Verde para ayudar a impulsar la recuperación económica de Europa provocada por el COVID-19. Así, se espera una recuperación verde y justa que transforme Europa en una economía sostenible.

Políticas y medidas del Green Deal

Entre las políticas de acción del Pacto Verde Europeo se encuentran la industria sostenible, construir y renovar, la biodiversidad o la energía limpia. Estas medidas involucrarán a toda la población española de una forma u otra, ya que uno de los principales objetivos de este pacto es “no dejar a nadie atrás”. Todos estos cambios pueden causar incertidumbre y preocupación entre las empresas españolas por el futuro de sus negocios, cómo les afectará y cómo tendrán que cambiar, pero lo cierto es que la UE ya tiene estudiado los impactos de este plan en las empresas y cómo ayudarlas.

Para conseguir lograr los objetivos del pacto verde, tanto el sector público como el privado deben trabajar conjuntamente, por lo que se ha creado una nueva herramienta financiera llamada el “Just Transition Mechanism”.

El Pacto Verde, apoyado por el “Just Transition Mechanism”, ofrece una amplia cobertura que pretende proteger a los estados miembros más afectados por esta nueva iniciativa, así como a sus empresas y ciudadanos. La Unión Europea es consciente del impacto que tendrán estas políticas en la sociedad, por ello ha desarrollado diferentes formas de financiación e inversión que promuevan la economía circular, y se plantea que la financiación pública de un empujón a las iniciativas privadas. Para maximizar el impacto del acuerdo, el plan es movilizar al menos un trillón de euros en inversiones durante los próximos 10 años, combinando diferentes fuentes de capital para financiar proyectos sostenibles que sean relevantes para la implementación del Pacto Verde.

Junto con otros programas europeos, Horizon Europe jugará un papel clave en el aprovechamiento de la inversión pública y privada, ya que apoyará los esfuerzos de las empresas por innovar e implementar el Pacto Verde destinándoles el 35% de su presupuesto. El European Innovation Council apoyará la implementación con servicios de aceleración y participación en las empresas, con el objetivo de maximizar las posibilidades de las pymes llevándolas a un nivel global y afectando así positivamente en el mercado europeo. La Unión Europea está decidida a impulsar a las pymes a través de la creación de las condiciones favorables de inversión mencionadas anteriormente; también facilitará el acceso a herramientas de financiación y a programas que fomenten la investigación, el desarrollo y la innovación.

El papel de las empresas

Una de las principales novedades de esta nueva estrategia es el papel que se le da a las empresas. Estas tienen un papel importante en cuanto al impacto que tienen en la naturaleza por materiales que usan, pero también tienen la capacidad de innovar, inspirar, motivar y aportar nuevas soluciones a la sociedad. De hecho, en 2021 se lanzará una propuesta legislativa sobre gobierno corporativo sostenible, que tratará el cuidado del medio ambiente por parte de las empresas.

Hasta entonces, sería interesante que las empresas evaluasen su actividad sobre la biodiversidad y midan su impacto sobre el capital natural. La estrategia también plantea que la biodiversidad se integre en las decisiones empresariales a todos los niveles. Por eso la CE trabajará en 2021 en alcanzar unos estándares para la medición y cuantificación de los impactos en los ecosistemas y sus servicios. Por ello, es necesario que las empresas se inicien en proyectos de monetización de su impacto para estar preparadas para los métodos que implementará esta estrategia.

 

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